🌅 Devocional 6: “La resurrección: la victoria sobre la muerte”

“No está aquí; ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron.”
— Mateo 28:6 (NVI)

El amanecer del tercer día no fue solo el inicio de una nueva jornada; fue el inicio de una nueva era.
El sepulcro vacío declaró lo impensable: la muerte fue vencida.

Jesús, el Cordero que había sido inmolado, se levantó con poder, trayendo vida donde antes reinaba el final.
En ese instante, todo cambió.
Las promesas cobraron sentido, la esperanza volvió a tener rostro, y el amor de Dios se mostró invencible.

La tumba no pudo retener al Autor de la vida.
Lo que parecía derrota se convirtió en victoria eterna.

La resurrección no fue solo un hecho histórico; es una realidad espiritual diaria.
Cada vez que perdonas, vuelves a la vida.
Cada vez que te levantas del pecado, la vergüenza o el miedo, participas de la misma victoria de Cristo.

Jesús no solo resucitó para demostrar poder, sino para abrirte el camino hacia una vida nueva.
Por eso, aunque el mundo diga “se acabó”,
Dios susurra: “Aún no. Yo puedo hacerlo nuevo.”

La resurrección es la respuesta de Dios a todo lo que parecía perdido.

1. Nada está demasiado muerto para Dios.
   Si Cristo venció la muerte, puede restaurar lo que creías imposible.

2. Vivir resucitado es vivir sin miedo.
   No temes al mañana cuando sabes que tu Salvador está vivo.

3. La resurrección es tu identidad.
   No eres una víctima del pasado, sino una nueva creación en Cristo Jesús.

🙏 Meditación

Cierra tus ojos e imagina la piedra rodando.
El sepulcro está vacío.
Y una voz suave te dice:

“No busques entre los muertos al que vive.”

Respira.
Siente esa verdad penetrando en tu alma.
Piensa:

• ¿Qué parte de mí necesita resucitar hoy?

• ¿Dónde he dejado que la desesperanza apague mi fe?

Permite que el poder del Cristo resucitado renueve tu corazón.

✨ Oración final

Señor Jesús, gracias por vencer la muerte.
Gracias por traer vida donde solo había oscuridad.
Hoy quiero resucitar contigo.
Despierta en mí lo que está dormido, sana lo que está roto, y llena de esperanza todo lo que parece perdido.
Que viva como quien sabe que Tú estás vivo.
En tu nombre, amén.