📖 Serie: Las Obras del Padre y del Hijo
“Las obras de Dios revelan Su amor en ti.”
Autor: Julio Hernández | Ideas Cristianas
“Cuando Jesús probó el vinagre, dijo: ‘Todo se ha cumplido’. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.”
— Juan 19:30 (NVI)
Ninguna otra obra en la historia del universo revela tanto amor como la cruz.
Fue el momento donde el cielo se partió por amor a la tierra,
donde la justicia y la misericordia se abrazaron en un madero.
Allí, el Hijo de Dios —perfecto, sin culpa— cargó con el peso del pecado de todos.
No fue un acto de derrota, sino la victoria definitiva del amor sobre la muerte.
Jesús no fue vencido en la cruz; Él venció amando hasta el final.
Las palabras “Todo se ha cumplido” no fueron un suspiro de resignación,
sino un grito de triunfo.
Cada herida, cada lágrima, cada gota de sangre tenía propósito.
La cruz no fue un accidente, sino la culminación del plan de redención.
Y en ella, Dios nos enseñó que el amor verdadero no huye del dolor,
lo transforma en vida.
La cruz es la evidencia eterna de que Dios no se rinde con nosotros.
Cuando mires la cruz, recuerda:
no es un símbolo de culpa, sino de esperanza.
No es un fin, sino un comienzo.
-
No tienes que pagar lo que ya fue pagado.
Jesús terminó la obra; tú solo debes creer y recibir. -
El amor de Cristo no se gana, se acepta.
La cruz es la firma de un pacto que no depende de tu perfección. -
Vivir bajo la cruz es vivir en libertad.
Ya no eres esclavo del pasado, porque en la cruz quedó todo cancelado.
🙏 Meditación
Cierra los ojos y visualiza la cruz.
No desde la culpa, sino desde la gratitud.
Siente la profundidad de esas palabras:
“Todo se ha cumplido.”
Pregúntate:
¿Qué cargas sigo llevando que Cristo ya llevó por mí?
¿Estoy viviendo como alguien verdaderamente libre?
Permite que la cruz te abrace hoy.
Deja que su sombra te cubra con paz.
✨ Oración final
Jesús, gracias por tu amor que no se rindió.
Gracias por cargar en la cruz todo mi dolor, mis errores y mi historia.
Enséñame a vivir en libertad, a amar como Tú amaste y a perdonar como Tú perdonaste.
Que cada día recuerde que la cruz no fue el final, sino el inicio de mi redención.
Amén.
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