🌑 Devocional 2: “La fe que no necesita respuestas”

“Aunque él me mate, en él esperaré.”
— Job 13:15 (NVI)

Hay momentos en los que creer se siente como caminar con los ojos vendados.
No hay señales, no hay explicación lógica. Solo una decisión silenciosa: seguir confiando.

Job no entendía lo que vivía. No comprendía el porqué de su dolor, ni la razón del silencio de Dios.
Y, sin embargo, desde lo más profundo de su quebranto, pronunció una de las frases más poderosas de la fe:

“Aunque Él me mate, en Él esperaré.”

No era resignación. Era amor puro, una confianza desnuda, una rendición total.
Creer en Dios no porque todo va bien, sino porque Él sigue siendo Dios, incluso cuando todo va mal.

La fe que no necesita respuestas es la que descansa en el carácter de Dios, no en las circunstancias.
Es el tipo de fe que nace cuando las certezas se rompen y el alma, sin fuerzas, simplemente se entrega.

Job perdió todo lo externo, pero descubrió una verdad eterna:

“Dios no siempre explica. A veces solo acompaña.”

Y en esa compañía silenciosa, el corazón empieza a sanar, porque el amor de Dios no se mide por Su voz, sino por Su presencia.

1. No todo lo que duele está fuera del plan de Dios.
   A veces, el fuego no destruye: refina.

2. La fe madura no pide garantías, pide gracia.
   Es mejor confiar sin entender que entender sin confiar.

3. El silencio de Dios también es una forma de hablar.
   Quien ama aprende a escuchar incluso lo que no se dice.

🙏 Meditación

Cierra los ojos.
Siente tu respiración.
Piensa en aquello que hoy no comprendes.
Y en ese pensamiento, susurra:

“Aunque no entienda, seguiré confiando.”

Permite que esas palabras sean un acto de rendición.
Deja que tu alma se recueste en el amor de un Padre que no siempre explica, pero nunca abandona.

✨ Oración final

Señor, enséñame a confiar más allá de la lógica.
Cuando no entienda tus caminos, recuérdame tu corazón.
Aunque me duela, aunque parezca que callas,
quiero permanecer en tu presencia.
Dame una fe que no dependa de las respuestas,
sino de tu amor eterno.
En el nombre de Jesús, amén.